Ya en el siglo XVII el gran filósofo inglés Francis Bacon, observando la excepcional correspondencia entre las costas orientales de Sudamérica y las occidentales de África y Europa, estableció la hipótesis que estos continentes debían haber estado unidos en el pasado, y que sólo en una segunda fase se separaron y alejaron, yendo a la deriva. Sin embargo, fue Wegener el primero en formular una hipótesis científica de la tectónica de placas de forma científicamente rigurosa.
- La hipótesis de la deriva continental de Wegener: desde Pangea y Panthalasa, a hoy día
+ Pangea: único y enorme continente en el Paleozoico y casi todo el Triásico
Según la hipótesis de Wegener, dada a conocer en 1912, en el Paleozoico y durante casi todo el Triásico las tierras emergidas estaban agrupadas en un único y enorme continente que el propio Wegener llamó Pangea.
+ Panthalasa: un sólo gran océano
Las aguas, a su vez, constituían un solo gran océano denominado Panthalasa.
+ Hace 200 millones de años, Pangea se divide: Laurasia –Norteamérica y Eurasia– y Gondwana –continentes actuales e India–
Hace unos 200 millones de años el Pangea empezó a fragmentarse lentamente, primero en dos partes: una al norte del ecuador, llamada Laurasia, que comprendía el Norteamérica y la Eurasia actuales, la otra al sur llamada Gondwana, que englobaba los otros continentes actuales y la India.
+ Los dos supercontinentes derivados de Pangea, Laurasia y Gondwana, se rompen en partes más pequeñas
Lentamente los dos supercontinentes, Laurasia y Gondwana, se rompieron en partes más pequeñas que se desplazaron a la deriva sobre la corteza oceánica fluida.
- El desplazamiento de los continentes: el principio de isostasia y la fuerza centrífuga
Según Wegener, los continentes podían desplazarse horizontalmente además de verticalmente como afirmaba el principio de la isostasia. El movimiento de los continentes era hacia el ecuador y hacia el oeste, y según el gran científico alemán esto era debido tanto a la fuerza centrífuga, ligada a la rotación terrestre, que habría provocado la deriva hacia el ecuador, como a la atracción gravitacional de la Luna, causa de la deriva hacia el oeste.
- Las pruebas de Wegener para demostrar su hipótesis de la deriva de los continentes
Como demostración de su hipótesis, Wegener aportó numerosas pruebas: correspondencia casi perfecta de los márgenes de los continentes que encajan unos en otros como en un puzzle; afinidades geológicas entre las cadenas montañosas paleozoicas de Noruega y Escocia con las de Groenlandia y Canadá (una afinidad similar se encuentra entre las formaciones rocosas del África occidental y del este de Sudamérica); mismos tipos de restos fósiles de la misma especie en rocas de continentes distintos formadas antes de la rotura y separación del Pangea (por ej., restos del reptiles Mesosaurus encontrados en Sudamérica y en África).
Wegener desarrolló investigaciones incluso sobre la distribución de los climas del pasado, encontrando así otras pruebas para su hipótesis. Demostró la presencia de rocas sedimentarias paleozoicas de origen glacial (tillitas) en Sudamérica, Australia, Norteamérica y el Centro-norte de Europa encontró carbón fósil de la misma edad que las tillitas, pero formados por vegetales típicos de climas tropicales. La particular distribución de estas rocas podía ser explicada sólo admitiendo que en el momento de su deposición las tierras sujetas al clima glaciar estuvieran todas unidas, así como lo debían también estar aquéllas donde el clima era, por el contrario, tropical.
En definitiva, la genial intuición de Wegener no sólo se basaba en un número consistente de datos objetivos, sino que dio una explicación racional a muchos fenómenos que la geología hasta entonces no había sido capaz de interpretar de manera satisfactoria. La primera, entre todas, la formación de las grandes cadenas de montañas (orogénesis), que según Wegener se habrían originado como consecuencia de la colisión de dos continentes a la deriva (por ej., el choque entre la India y Asia generó el Himalaya) o por rozamiento debido a la obstaculización del movimiento de deriva de las masas continentales provocando el plegamiento sobre el frente de avance (como ocurre en los Andes y en las Rocosas).
A pesar de las pruebas a favor y de su validez como modelo unitario capaz de explicar los grandes fenómenos geológicos, la hipótesis de la deriva de los continentes no fue acogida con entusiasmo por el mundo científico; al contrario, fue rehusada sobre todo porque no explicaba de forma válida las causas del movimiento, es decir, por qué razón los continentes tenían que desplazarse, ya que los geofísicos demostraron que las fuerzas propuestas por Wegener no eran lo suficientemente intensas para provocar la rotura del Pangea y el desplazamiento de los continentes sobre la corteza oceánica. Sólo mucho más tarde, en la década de los cincuenta, gracias a las investigaciones llevadas a cabo sobre el magnetismo de las rocas, fue definitivamente demostrado que la deriva de los continentes era una realidad, aunque no se conocía el "motor" capaz de mover las enormes masas continentales.
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