Son fósiles los restos de organismos y las huellas debidas a su actividad vital (como las galerías excavadas en los sedimentos como habitáculos, las huellas debidas a los desplazamientos de los animales e incluso los excrementos denominados coprolitos) conservados en las rocas.
Fósil de amonite. Los amonites eran moluscos cefalópodos difundidos por todos los mares de la Tierra entre los períodos devónico inferior y cretácico superior. |
- El proceso de fosilización
La fosilización es un proceso extremadamente raro, por eso los fósiles representan los restos de sólo una parte de los organismos que realmente vivieron en las eras pasadas. De la gran mayoría de los seres vivos, ya extinguidos, que poblaron nuestro planeta antes que el hombre no queda ningún rastro. Esto es debido a la peculiaridad del proceso de fosilización, que requiere unas excepcionales condiciones determinadas.
+ Primera fase de fosilización
Principalmente, se necesita que el organismo muerto sea rápidamente alejado de los procesos de descomposición y degradación llevados a cabo por las bacterias y los agentes atmosféricos; por lo tanto, es necesario que los restos del organismo (o sus huellas vitales) sean recubiertos por sedimentos en un tiempo muy breve.
+ Segunda fase de fosilización
En una segunda fase, una vez desaparecidas las partes blandas con lo que sólo queda el esqueleto, se produce la formación del fósil propiamente dicho mediante distintos procesos. Así, es posible una mineralización de los restos del organismo, mediante la cual las sustancias presentes en las aguas que circulan en el interior de los sedimentos (por lo general carbonato de calcio y sílice) rellenan las cavidades volviendo muy duro y resistente al esqueleto. El resultado es un fósil resistente constituido tanto por las sustancias originales del organismo como por aquellas que posteriormente han rellenado los espacios vacíos. También se puede producir una sustitución total de las sustancias originarias, que son reemplazadas por las de los líquidos circulantes; este fenómeno produce un fósil de composición química diferente a la de los materiales originales (por ejemplo el bosque petrificado de Arizona está constituido por troncos de sílice que ha sustituido completamente a la materia orgánica).
- El proceso de carbonización
Más rara aún es la conservación de las partes blandas del organismo mediante un proceso de carbonización: la sustancia orgánica, generalmente vegetal, enterrada y por lo tanto aislada del aire, pierde agua enriqueciéndose al mismo tiempo en carbono (por fermentación y destilación) hasta convertirse en carbón.
- La conservación del organismo en ámbar o en hielo
Finalmente se dan fenómenos de inclusión del organismo entero, normalmente insectos u hojas, en ámbar (resina de plantas, fosilizada), y en hielo, donde se han encontrado mamuts (gigantescos antepasados de los elefantes) enteros.
De lo expuesto hasta ahora, resulta evidente que el mejor ambiente para la fosilización es el subacuático, donde la sedimentación es más intensa que en el ambiente subaéreo y donde los restos de los organismos no se ven destruidos por los agentes atmosféricos.
- Los fósiles guía
Particularmente significativos y muy útiles para la datación relativa de las rocas son los llamados fósiles guía. Éstos son los restos de organismos que vivieron durante un breve período de tiempo (¡Pocos millones de años!) pero dispersos por grandes áreas y con poblaciones abundantes. El hallazgo de estos fósiles permite dataciones bastante precisas y correlaciones entre rocas de áreas incluso muy alejadas.
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